Javier Puyol: «Las tecnologías de la información son uno de los mayores riesgos para la empresa». J. Puyol. Miembro JD. Fuente: ElEconomista.es
ELECONOMISTA.COM - Xavier Gil Pecharromán - 19/02/2022
Cada día resulta más cierto que las empresas tienen que desarrollar su actividad en un entorno cada vez más regulado y complejo, donde la competencia incrementa su exigencia y la incertidumbre cotas significadas. Las tecnologías de la información se han convertido en uno de los grandes peligros a los que se enfrentan las empresas en lo que a su responsabilidad penal se refiere. Es un ámbito con una excesiva inseguridad jurídica, que precisa de grandes especialistas, como Javier Puyol, que acaba de firmar un acuerdo de colaboración con MA Abogados.
¿Las nuevas normas o la Directiva de Servicios Digitales traen algo más de seguridad o burocracia?
La seguridad jurídica en la mayoría de las ocasiones lleva consigo un aumento de la burocracia derivada de la implementación de determinada norma a los efectos de garantizar su propia eficacia.
La nueva normativa comunitaria sobre ciberseguridad se haya inserta en un proceso de mejora continua, como exigencia de la prevención de la ciberdelincuencia en el ámbito de las empresas, conjugando al mismo tiempo la necesidad de garantizar la seguridad y hacerla compatible con la privacidad en los distintos entornos en donde es necesario llevar a cabo una protección eficaz de la información, de las personas, de los procesos, y de la propia tecnología en sí.
La implementación de estas nuevas normas conlleva una adecuada gestión del cambio, basada en una estandarización al alza de un nuevo marco de gobernanza, donde se fomente una estrecha colaboración entre los sectores público y privado garantizándose de una manera mucho más eficiente la lucha contra la ciberdelincuencia, y la prevención de los factores que más inciden en el aumento de riesgo vinculados a la ciberseguridad.
¿Las tecnologías son el mayor riesgo de responsabilidad penal para la empresa?
Hoy en día, las tecnologías de la información constituyen con toda probabilidad uno de los mayores riesgos, si no el que más, al que se enfrentan las empresas, precisamente, por su carácter desconocido y la evolución que los mismos están teniendo como consecuencia de los propios avances técnicos que se están produciendo y que también afectan y benefician a la ciberdelincuencia, y ello, sin perder de vista el alcance y las consecuencias que la ciberdelincuencia pueden llevar consigo para el desarrollo de la actividad económica de las empresas.
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¿Las nuevas normas o la Directiva de Servicios Digitales traen algo más de seguridad o burocracia?
La seguridad jurídica en la mayoría de las ocasiones lleva consigo un aumento de la burocracia derivada de la implementación de determinada norma a los efectos de garantizar su propia eficacia.
La nueva normativa comunitaria sobre ciberseguridad se haya inserta en un proceso de mejora continua, como exigencia de la prevención de la ciberdelincuencia en el ámbito de las empresas, conjugando al mismo tiempo la necesidad de garantizar la seguridad y hacerla compatible con la privacidad en los distintos entornos en donde es necesario llevar a cabo una protección eficaz de la información, de las personas, de los procesos, y de la propia tecnología en sí.
La implementación de estas nuevas normas conlleva una adecuada gestión del cambio, basada en una estandarización al alza de un nuevo marco de gobernanza, donde se fomente una estrecha colaboración entre los sectores público y privado garantizándose de una manera mucho más eficiente la lucha contra la ciberdelincuencia, y la prevención de los factores que más inciden en el aumento de riesgo vinculados a la ciberseguridad.
¿Las tecnologías son el mayor riesgo de responsabilidad penal para la empresa?
Hoy en día, las tecnologías de la información constituyen con toda probabilidad uno de los mayores riesgos, si no el que más, al que se enfrentan las empresas, precisamente, por su carácter desconocido y la evolución que los mismos están teniendo como consecuencia de los propios avances técnicos que se están produciendo y que también afectan y benefician a la ciberdelincuencia, y ello, sin perder de vista el alcance y las consecuencias que la ciberdelincuencia pueden llevar consigo para el desarrollo de la actividad económica de las empresas.
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